Cambiar para conservar

El viernes almorcé con Mariana, mi coach y amiga; hacía tiempo que no nos veíamos; es más, llegamos a la conclusión que, la frecuencia más reciente de tener la posibilidad de charlar en persona era de 2 veces al año, lo que podría catalogarse de desastre, independientemente de seguirnos los pasos en Twitter o FB, o que conversemos por Gtalk; pero no hay nada comolo presencial, tiene tanta riqueza, la conversación fluye de otra manera.

Me contó que había leído mi post acerca del cambio, y que no me dejó comentario porque quería hacerlo en persona, así que le dije que avanti con el commet offline, sería muy bienvenido.

Arrancó diciéndome que en conversación con Fernando (asumo que Flores Sáenz Ford), él le había marcado una pregunta que le resultaba fundamental al momento de plantearse la necesidad de cambiar, una pregunta que de alguna forma sustenta el cambio y lo vuelve en algo relevante, que hace que el cambio esté alineado con validar que quien somos hoy es el pasado más adecuado al futuro que soñamos para nosotros mismos.

La pregunta es: «¿Qué quiero conservar con el cambio?»

Al principio podría parecer de poca lógica pensar en conservar cuando justamente estamos buscando cambiar, pero si lo analizamos más en profundidad nos encontraremos que un cambio que no plantee qué queremos conservar, posiblemente nos pueda llevar al desastre, o estemos generando un cambio por el simple hecho de cambiar, sin plantear un rumbo con bases y fundamento.

Mi respuesta no demoró en aparecer más que unos segundos, pero desde ese momento hasta ahora fue tomando un poco más de cuerpo y a continuación detallo cuáles son las cosas que busco conservar con el cambio que necesito:

• Continuar en estado de aprendizaje permanente: desde hace más de 15 años que vivo aprendiendo profesionalmente en ciclos que duran de 2 a 3 años ada uno. Ciclos en los que fui aprendiendo actividades tan dispares y enriquecedoras como la implementación para terceros de campañas de Marketing Directo, la gestión de refinanciación de deudas en productos bancarios, la negociación con proveedores post crisis Argentina 2001, y otras relacionadas a mi paso por diferentes roles dentro de áreas comerciales, de compras, marketing y comunicación, a lo que se le suman la responsabilidad de formación de equipos de trabajo en más de una oportunidad, el haber tenido jefes de perfiles muy disímiles, e inclusive, como fue el último tiempo, habiendo reportado en forma directa a un Gerente General, lo que me brindó la posibilidad de ver la compañía como un todo entrelazado, al tiempo que incursionaba en mis estudios iniciales de teatro, la cursada del MBA, mis inicios como padre, y mi separación reciente. Como verán unos años muy intensos y de gran aprendizaje. Aprendizaje que deseo continuar ejercitando, y que dada mi situación laboral actual, y previendo un horizonte de tiempo de 2 años vista, de no haber un cambio estaré transitando una meseta un tanto estéril.
• Mantener la autoestima y la integridad sanas: en estos años fui descubriendo cómo mi autoestima se alimenta de mi hacer, y cómo en la medida que soy fiel a lo que estoy buscando, voy encontrando a un ser más íntegro, y hablo de integridad en cuanto a que mi querer y mi deber están balanceados, en buena convivencia, y se ven reflejados en mis haceres ordinarios.

Estos son los dos aspectos en los que necesito un cambio para poder conservarlos; porque de no cambiar transitaría un tiempo de penar, de inconformidad, y corriendo el riesgo de afectar la autoestima.

A esta altura quienes me conocen sabrán que el cambio es inminente, que seguramente ya sea una realidad, pero una realidad que aún no escribo en este blog.

Habrá más novedades en breve…