Tal como mencionaba en el post de anoche, qué nervios por favor… pero ya está, fueron 30 minutos adrenalínicos, me sentía como pez en el agua, contando el caso de la compañía que conozco como si fuera mi propia historia.
Me dejé fluir, me dije, «Sebas, vos sabés, lo conocés, avanzá tranquilo, no hay nada que no puedas contar, y no necesitás inventar, qué puede pasar?» Sigue leyendo «Fluir»